El rebranding conlleva una serie de cambios evidentes en la marca y puede afectar, incluso, a su nombre. En la mayoría de los casos se limita al logo, la tipografía, el diseño y el tipo de mensaje. Son variaciones tan importantes que deben responder a razones de peso.
¿Qué es el rebranding?
El rebranding es la redefinición de una marca. Se trata de un cambio de imagen que, a través de modificaciones en los elementos más perceptibles de dicha marca, pretende cambiar la percepción que de ella tienen sus usuarios. Por ejemplo, el cambio de colores de McDonalds pretendía que se percibiese esta cadena de comida rápida como más cercana a una opción alimentaria saludable. De ahí el verde.
¿Qué objetivos persigue el rebranding?
Puede haber varios motivos para emprender un proyecto de rebranding. Los más comunes e importantes son:
- Tratar de mejorar la imagen de marca. Este es el caso de McDonalds, que no solo cambió su color por el verde, sino que amplió su carta con ensaladas y opciones de fruta. La credibilidad del rebranding debe ser clave.
- Adaptarse a los nuevos tiempos. Apple ha liderado el mercado de innovación en tecnología y su logo, la conocida manzana, ha evolucionado prácticamente al mismo ritmo que sus productos. Se trata de un caso de coherencia en el rebranding.
- Diferenciarse de la competencia. Hay algunos sectores de negocio en el que todas las empresas parecen muy similares. Diferenciar la tuya de las demás asegura su visibilidad y posicionamiento. En el sector bancario, por ejemplo, ING se diferencia del resto por ofrecer una mayor facilidad de uso.
- Pérdida de mercado. Cuando una empresa se especializa demasiado o cuando comienza a perder clientes, suele reaccionar planteándose un cambio de imagen total. Si se trata de un rebranding bien hecho el público suele reaccionar a la innovación devolviendo la confianza.
- Intento de ampliar cuota de mercado. Utilizan un rebranding con este propósito las empresas con un posicionamiento estable a las que les cuesta atraer clientes nuevos. El riesgo está en perder a los clientes antiguos durante el proceso de expansión.
¿Es muy costosa esta estrategia de redefinición de marca?
Un cambio de imagen lleva aparejados altos costes de tipo económico. Quizá el primero y más importante sea el que se deriva directamente de la contratación de una empresa especializada. Los consultores expertos en imagen de marca son profesionales no solo del marketing, sino también del diseño, y sus honorarios no son bajos. Sin embargo, si su trabajo es de calidad, la inversión merecerá la pena.
Pero hay otro tipo de costes igualmente significativos que no conviene perder de vista cuando se toma la decisión de llevar a cabo un cambio en la imagen de marca. Los costes derivados del cambio en la publicidad, en el material de oficina, en nuevos uniformes, en el diseño de oficinas y sucursales son algunos de ellos. Asimismo, un rebranding tiene que reflejarse en un cambio acorde en la página web, que también será implementado por profesionales externos.